Esta imagen me sumergió en suculentas reflexiones. Cosas sobre la vida, la muerte, el destino y nuestro papel en él dieron vueltas a mi alrededor.
¿Qué moldeamos?
¿Qué nos moldea?
El universo se mueve a nuestro alrededor, causando en nuestras mentes intranquilas una infinita cantidad de preguntas acerca de nuestro porvenir y nuestro destino.
Podrán hacerse mil teorías sobre nuestro inicio como raza, como planeta y como energía viva, al igual que las miles de teorías que hay sobre nuestro final, pero no hay una certeza.
Las teorías existen. Se elevan, se empujan y se apilan unas con otras.
Algo mueve los planetas. Algo hace que los mundos giren, que nuestros miedos a lo desconocido hayan sido tan grandes desde siempre.
Siento que, ante la incertidumbre, la paranoia humana no encuentra ningún límite.
Por eso surge esa necesidad de buscar explicaciones, de calmar ánimos que desde un principio nacieron para estar inquietos. Como humanidad, necesitamos explicaciones que sacien nuestra inteligencia, ¿Qué no?
Me quedo a meditar un poco más al respecto, porque si realmente somos las creaciones de un conjunto de energías ajenas a nuestro conocimiento, ¿llegará el día en el que se cansen de tenernos a su merced definitivamente?
Reflexión siempre interesante, sumamente importante, aunque no encontremos respuestas definitivas. La mitad de nuestra vida son preguntas, como bien dices; la otra mitad, yo diría que es una extraña mezcla de incertidumbre y libertad, con las que cada día batallamos. Si estuviera todo determinado “desde fuera”, sería demasiado triste; yo me niego a creerlo.
Un saludo
Ramón
jajajaja claro que no. Si somos la especie mas grandiosa del planeta tierra. somos tan geniales que nosotros buscamos nuestra propia extinción